Construir una marca personal en cinco pasos

“Descubrir lo que soy y lo que quiero, trazar una estrategia en base a mis fortalezas, delimitar objetivos y establecer relaciones y contactos que me ayuden a alcanzar esos objetivos”. Así resumió Pablo Adán, consultor de marketing y estrategia personal, la construcción de una marca personal durante una jornada organizada por la Comisión de Marketing del COEV. Antonio León, moderador de la sesión, ya avanzó en la presentación del acto que “en el entorno competitivo, la diferenciación del profesional es fundamental para ganar visibilidad. Se necesita un desarrollo de marca personal que requiere tiempo, esfuerzo y método”.

Pablo Adán expuso un “plan estratégico” para mejorar la marca personal de un profesional. “Marca personal es mucho más que tener un perfi l de Twitter, que saber cómo presentarte o ir vestido. Eso son pequeñas partes de la construcción de una marca personal. El concepto es mucho más global, mucho más trascendental y mucho más importante”, aseveró Adán, fundador de la consultoría Equipo B12, además de formador en diversas escuelas de negocio y universidades, referencia del personal branding en Latinoamérica y autor de doce libros y ensayos, entre ellos “Plan de Fuga”, “Cómo ser influyente” o “Rock Marketing”. “Sólo nos acordamos de Santa Bárbara cuando truena”, lamentó el consultor, apelando al refranero popular. “Cuando a uno le van bien las cosas, cuando funcionan por inercia o estamos en una situación económica tranquila, no nos preocupamos de todo esto”. Igual que la marca es un paraguas para las empresas durante las épocas de crisis, “la marca personal sería el paraguas que te protege cuando truena. Si voy construyendo ese paraguas desde ya, aunque crea que las cosas me van bien, podré defenderme ante momentos de crisis personal o reorientación profesional”. Muchas personas creen, equivocadamente, que la marca de la empresa en la que trabajan es su salvavidas. “Si dejas de trabajar en esa empresa, te quedas sin protección”, advirtió. En el entorno actual, cada vez hay menos oportunidades y más candidatos, lo que exige desarrollar una estrategia de marca personal diferencial para poder alcanzar nuevos objetivos. Ésta engloba valores y conocimientos, actitud y expectativas. Tiene, por tanto, tres dimensiones temporales: pasado, presente y futuro. “Un profesional con marca personal plantea una estrategia para un posicionamiento”. El marketing personal integra el conjunto de acciones que configuran ese plan estratégico de marca auténtica, diferente y única. Pero no es suficiente, se ha de apoyar y gestionar como un plan estratégico, que plantea objetivos y dispone de sus adecuadas herramientas. Con ello se consigue destacar, convertirse en la opción preferente ante una decisión externa. Adán explicó cómo construir una marca personal en cinco pasos. El primero de ellos se centra en el efecto que causa el profesional, en su reputación. “Quieras o no, tu marca ya existe: es lo que estás proyectando”. La situación idónea es que lo que transmite el profesional coincida con lo que la gente percibe de él. Esto se consigue demostrando capacidades, actuando con coherencia y generando confianza. “Si hago un plan de marca personal, puedo tomar las riendas de lo que los demás piensan de mí”. Primero, hay que descubrir el efecto causado en los demás: en marca personal no importa lo que uno es, sino lo que los demás piensan que uno es. Cuanta mayor sea la distancia entre ambas percepciones, mayor será la desconfianza. “Tengo que configurar una estrategia personal para que se me relacione y posicione en aquellos conceptos que quiero, en aquellos que creo que soy competitivo”, explicó el consultor.

El segundo paso consiste en definir la misión (para lo que existo, para lo que trabajo, lo que soy) y visión personal (la perspectiva futura, el ideal que motiva e inspira). “En cuanto una persona descubre su visión, lo demás viene rodado; tiene claro el camino”, aseguró Adán, quien animó a los asistentes a “dar un paso atrás y no conformarse con la situación personal y profesional en la que estáis. Poneros a prueba”. También implica la reorientación profesional de aquellos trabajadores que están en empresas “con las que no comulgan, en la que no participan ni se sienten parte”. Como en las empresas, la marca personal se construye sobre la misión, la visión y los valores, “las normas que rigen mi actitud conmigo mismo y los demás”. Los principios básicos, la filosofía personal. El tercer peldaño del proyecto de construcción de marca personal pone el punto de mira en la capacidad y generación de confianza para cumplir objetivos. “Sin objetivo, no hay cambio. Si no tienes un objetivo claro, no empieces a andar. La diferencia entre el éxito y el fracaso es saber tomar el camino correcto”.

La propuesta de valor supone el penúltimo escalón del plan estratégico. Ésta se nutre de las habilidades personales y sociales y de las cualidades profesionales. Debe responder a cuatro preguntas: quéaporto, qué soluciono, cuál es mi diferencia y por qué yo y no los demás.

“La propuesta de valor es lo que me comprometo a hacer; así se convierte en promesa de valor”. La promesa debe estar a la altura de la expectativa generada. “No hace falta disfrazarnos de lo que no somos. Lo que somos nos puede dar categoría, capacidad y cualidades para ser competitivo en aquello que nos comprometemos. No nos comprometamos a nada que no seamos capaces de hacer porque generaremos desconfianza, que se convierte en reputación negativa”, insistió Adán, quien aconsejó poner en marcha una estrategia de gestión y desarrollo del talento basada en los 34 talentos de Clifton, método de base científica que identifica los talentos innatos dominantes de cada persona, aquellos que le convendría potenciar. “Descubre tus propias fortalezas y céntrate en ellas. Descubre lo que mejor sabes hacer y hazlo”.

Por último, una estrategia de marca personal se quedaría a medio camino si no consigue apoyarse en las redes de contacto y las acciones de networking. “Solos no podemos conseguir las cosas, necesitamos de los demás para que nos escuchen y para que hablen bien de nosotros. Expandir mi plan de marca personal, relacionándome y buscando apoyos que me ayuden a conseguir mis objetivos, es matemática y científicamente recomendable”. En definitiva, tiene más peso una buena recomendación que un buen expediente.

Hay que, en este sentido, “hacerse visible”, participando en actividades y asistiendo a eventos, construyendo relaciones con personas del mismo entorno, generando notoriedad, dándose a conocer y buscando oportunidades de trabajo o negocio. “Cuando tengo claro los objetivos y las personas que me pueden ayudar a conseguirlos, elaboro un mensaje y utilizo la persuasión y la influencia como técnicas de comunicación personal”. Un profesional con marca, concluyó Adán, “es visible en su entorno, tiene valores, es coherente y diferente, mide su potencial y mejora su capacidad, desarrolla una estrategia de posicionamiento personal, se marca mayores objetivos y mantiene activa una red de contactos”.

¿Y qué aporta la marca personal a las empresas? Sirve, comentó el experto, para convertir a los trabajadores en embajadores de la marca corporativa. Porque, “detrás y delante de una empresa, hay personas”.